El consejero delegado de Microsoft, Steve Ballmer, ha puesto por escrito en una carta a sus accionistas algo que ya era un secreto a voces: Microsoft está acercando su modelo de negocio cada vez más al de Apple. En la misiva, el directivo deja claro que su futuro va de la mano del hardware y de los servicios online, exactamente igual que la compañía de la manzana. Aunque no solo ella, también Google y Amazon discurren por la misma dirección.
Microsoft es una empresa de dispositivos y servicios". Con estas palabras impresas en una carta dirigida a los accionistas de la compañía, Steve Ballmer deja claro que la estrategia del gigante del software está cambiando y que su modelo de negocio se va a parecer cada vez más al de Apple, enfocándose más en la producción de aparatos. En la misiva, el directivo deja claro que su futuro va de la mano del hardware y de los servicios online, exactamente igual que la compañía de la manzana. Una confirmación definitiva del giro en el negocio del primer productor mundial de software.
Aunque Ballmer no aclara qué hardware planea fabricar Microsoft, sí dice que "habrá momentos en los que construiremos dispositivos específicos con fines específicos", al estilo de la consola Xbox o de anunciada tableta Surface, que saldrá al mercado el 26 de octubre. Un comentario que deja la puerta abierta a que Microsoft pueda lanzar sus propios smartphones, como se especula insistentemente.
"Queremos crear las mejores experiencias a través del hardware, el software y los servicios, y unificar así todos los dispositivos que las personas utilizan diariamente", insiste Ballmer en la carta. La confesión del directivo a sus accionistas muestra una empresa que pretende imitar el enfoque de negocio que impulsó Steve Jobs en Apple. Una estrategia —la de estrechar la integración del software con el hardware y los servicios— que ha resultado brillante, con éxitos como el iPod, el iPhone y el iPad, asociada a iTunes o la Apple Store.
El jefe de Microsoft, que tomó el testigo de Bill Gates en 2000, asegura también que su compañía seguirá trabajando con sus socios de hardware tradicionales (HP, Dell, HTC o Samsung, entre otros) para ofrecer una amplia gama de PC con Windows, tabletas y teléfonos, pero deja claro que el papel de Microsoft en la llamada guerra de los ecosistemas está cambiando, "porque el valor de nuestro software será visto en función cómo la gente utiliza los dispositivos y los servicios tanto en su trabajo como en su vida personal. Y este es un cambio importante", subrayó.
Ballmer y todo su equipo directivo parece tener claro que crear su propio ecosistema (sumando software, hardware y servicios) es clave para ser un jugador relevante en el futuro de la industria tecnológica. En este sentido, indicó que todo esto "afecta a la forma en que se dirige la empresa y cómo se llevan los productos al mercado".
El directivo, que dijo que ya hay más de 1.300 millones de usuarios de Windows, agregó que Microsoft está frente a una gran oportunidad para el próximo año y la próxima década. "Esta es una nueva era paraMicrosoft, una era que nos presenta una increíble oportunidad para nosotros, para los ocho millones de programadores que hacen aplicaciones para nuestros dispositivos y para los más de 640.000 socios que tenemos en el mundo". Así, aunque los dispositivos pueden ser más un medio que un fin, Ballmer no quiere perderles de vista.
Google y Amazon, en línea
Ni Apple ni ahora Microsoft son las únicas empresas que intentan probar suerte creando un ecosistema que impulse su negocio. Amazon lo hace con su lector de libros digitales Kindle, su tableta Kindle Fire y múltiples servicios de contenidos y almacenamiento en la nube. También Google, que además de un todopoderoso sistema operativo (Android) y numerosos servicios online, ha comprado un histórico fabricante de móviles, Motorola.
Para los analistas está claro que todos estos titanes de la tecnología buscan con esta estrategia múltiples metas. Una, asegurarse que los dispositivos que salen al mercado soportan perfectamente sus aplicaciones y servicios. Otras, ganar independencia respecto a los fabricantes de dispositivos, obtener un mayor control sobre la cadena de valor y aumentar las fuentes de ingresos derivados de la venta de los propios dispositivos, como apunta Iván González, director de Penteo. En el caso de Apple, Google y Microsoft, también parece evidente que quieren asegurarse que sus programas están por doquier.
La retribución global de Steve Ballmer bajó un 4% durante el ejercicio fiscal hasta 1,3 millones de dólares, debido a la ralentización del negocio de internet y a la caída de ingresos de la división de Windows. Ballmer recibió un bonus de 620.000 dólares frente a los 682.500 del año anterior, mientras que su salario se mantuvo en el entorno de los 685.000 dólares.
No es el único movimiento en torno a la dirección de Microsoft. El gigante tecnológico también confirmó la dimisión como miembro de su consejo de administración de Reed Hastings, consejero delegado y cofundador de Netflix. El directivo, que ha sido consejero independiente de Microsoft desde hace casi seis años, estará en el puesto hasta la junta de accionistas que se celebrará en noviembre. Hastings explicó que ha decidido reducir el número de consejos de administración en los que está presente para concentrar sus esfuerzos en Netflix.
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